El derecho a la huelga se encuentra amenazado por una conspiración de empresarios y gobierno
El Ministerio sacó en la noche del 28 de septiembre la resolución convocando el tribunal de arbitramento para liquidar la huelga de los pilotos sin esperar el pronunciamiento judicial sobre su legalidad. Al día siguiente, en una rueda de prensa el Capitán Jaime Hernández, en nombre de Acdac rechazó en forma categórica la medida oficial y señaló que “el gobierno legisló (…) ya falló, suplantó a los jueces, al Congreso de la República y está deteniendo una huelga que es legal ordenada por la Asamblea dentro del marco constitucional y por lo tanto (el sindicato) se abstendrá de nombrar arbitro para dicho tribunal”.
El martes 26 en la noche, después de varios días de negociaciones sin mayores avances, la empresa llegó a plantear una propuesta económica que permitía destrabarlas, pero ACDAC pidió que se le diera tiempo de consultar con la Asamblea, ante lo cual los negociadores de Avianca plantearon de manera soberbia un ultimátum para que el sindicato la aceptara y, de repente, se retiraron de la mesa y rompieron la negociación, según dijeron, por orden de la presidencia de la compañía. Las declaraciones de Efromovich y la propuesta de las aerolíneas agrupadas en ATAC en las que conminaron al gobierno a que convoque un tribunal de arbitramento muestran que la negociación era solo una pantomima, pues, paralelamente, el dueño de la aerolínea cocinaba con la Asociación de Trasporte Aéreo de Colombia, ATAC, con el empresariado y con el gobierno, la convocatoria del tribunal. He ahí como quedan convertidos en letra muerta los derechos fundamentales consagrados en la Constitución cuando su ejercicio afecta los intereses del capital.
Los pilotos de ACDAC han dado muestras de una valentía y una dignidad admirables. La organización libró innumerables batallas legales en las que demostró las violaciones de Avianca al derecho de asociación y la utilización de un pacto colectivo para discriminar a los afiliados a su sindicato e impedir que éste pudiera conseguir cualquier mejora en sus condiciones laborales. La Corte constitucional les dio la razón y condenó a Avianca, pero la aerolínea se burló de los fallos judiciales y lo mismo hizo frente a las sanciones del Ministerio del Trabajo. Después de acometer por varios años toda suerte de acciones jurídicas y de ver sus pobres resultados, optaron por el único camino que les quedaba: la huelga.
Por atreverse a desafiar las violaciones a la Ley laboral y a las normas de seguridad aérea por parte de Avianca y reclamar derechos legítimos, ACDAC fue sometida a una infame campaña por los medios de comunicación que reciben la jugosa pauta de la aerolínea, cruzada en la que se desfiguraron las peticiones de su pliego sacándolas de contexto para presentarlas como las desmedidas pretensiones de una minoría privilegiada. Los infundios se extendieron a las redes sociales. De tiempo atrás ACDAC ha venido denunciando que con el crecimiento de la operación y con él de las utilidades de las aerolíneas, estas se apartan de las normativas para la seguridad aérea, por ejemplo, al imponer jornadas fatigantes a las tripulaciones. De los 82 puntos de su pliego, 61 se refieren al cumplimiento de normas sobre seguridad, que al no cumplirse los ponen en riesgo a ellos y a los pasajeros. Los otros puntos se refieren a una nivelación con los pilotos del holding que trabajan en otros países de Latinoamérica y que ganan salarios muy superiores a los que devengan los colombianos. El pliego ataca también la utilización por la empresa del pacto colectivo para discriminar a los pilotos sindicalizados y así debilitar su organización, lo cual está prohibido, e incluso constituye un delito penal.
La posición diligente de Mintrabajo para defender los intereses de los empresarios que el país presenció, contrasta con la que ha asumido frente a los miles de trabajadores vinculados ilegalmente a Avianca mediante Servicopava, quienes desde 2013 vienen reclamando acciones de esa entidad que culminen en una verdadera formalización con contratos a término indefinido y respetando la antigüedad, y no en una oportunidad para que la aerolínea haga despidos masivos, convocatorias para seleccionar el personal —cuando se trata de gente que le viene trabajado durante años—, ofrezca transacciones para salir de quienes han enfermado sirviéndole, y como premio, obtenga que el Ministerio le suspenda los procesos y las sanciones.
Resulta digno de admiración que quienes están dando ejemplo de consecuencia y de valor a todo el movimiento obrero sean los pilotos. El golpe lanzado contra ACDAC con el tribunal de arbitramento constituye una amenaza contra los derechos a la organización, a la negociación colectiva y a la huelga a todo el movimiento obrero. Por ello la respuesta no pueden ser simples declaraciones. Es imperativo emprender acciones que convoquen a la solidaridad de manera oportuna, es decir para ya, a todos los sindicatos sin distingo alguno.
¡Respaldo total a la huelga de ACDAC!
¡No al tribunal de arbitramento ilegal!
¡Defendamos consecuentemente los derechos de asociación, negociación colectiva y huelga de los trabajadores colombianos!