En un boletín anterior ANTSA planteó que Avianca estaba haciendo una reestructuración para reducir costos y que ello se traduciría en despidos y desmejoras en las condiciones laborales. En el pasquín Mito o Realidad, tildaron de falsas nuestras afirmaciones, pero los hechos nos dan la razón. Ya se cuentan por decenas los compañeros despedidos con el cuento de la "reestructuración", especialmente antiguos y restringidos médicos. En tráfico ingresaron 30 personas de medio tiempo y contrato directo a un año, con el requisito de que sean profesionales y bilingües. A los que se vienen desempeñando en este cargo les han dicho en los briefing que deben estudiar y mejorar su inglés si quieren permanecer en el puesto. Vale la pena recordar que los cupos para estudio con los que en Avianca se atrae personal se fueron reduciendo con el tiempo y hoy son solo un espejismo, máxime si se tiene en cuenta que los turnos rotativos impiden al trabajador estudiar de la forma que sea. Por ello salir ahora con este cambio en el perfil que se exige para permanecer en el puesto, no es más que la manera de encubrir un despido masivo.
Avianca realizó un convenio con el SENA con el propósito de cambiar el sistema de selección que ha tenido con el semillero y Misión Temporal por uno que le resulte más barato pues a un aprendíz le pagan medio salario mínimo.
En la base de Palmira Avianca abrió convocatoria para enganchar nuevo personal a partir de enero y en Montería terminó el acuerdo con Lasa, empresa que le prestaba los servicios de aeropuerto, liquidaron al personal y establecieron un nuevo contrato con SIATO, compañía que presta estos servicios a la aerolínea en San Andrés
Todo indica que se ha dado inicio a una masacre laboral. Frente a esta arremetida los trabajadores no podemos quedarnos esperando quiénes serán los próximos despedidos. Por el contrario, debemos organizar la resistencia ¿Cómo? Lo primero es abandonar la indiferencia y entender que el sindicato es el medio para unirnos y para discutir las acciones a tomar. Llamamos a todos los compañeros para que participen en la toma de decisiones y en las tareas que se programen para expresar con fuerza nuestra inconformidad. Sólo si mostramos que estamos decididos a defender con dignidad nuestros derechos nos tomarán en serio.