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Los compañeros del Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón ubicado en Palmira, Valle, realizaron el pasado 8 de abril un mitin para protestar contra las sanciones con multas con las cuales Avianca y Servicopava han establecido un régimen de esclavitud, pues se obliga al penalizado a laborar sin remuneración.

Haciendo sonar pitos y gritando consignas de denuncia a la política laboral de esta empresa que se precia de ser “el mejor lugar para trabajar”, los participantes en el mitin se desplazaron por las diferentes áreas del terminal aéreo con carteles contra las multas y una pancarta en la que se rechaza la intermediación laboral y se exige el contrato directo con Avianca. El presidente de la Seccional de ANTSA en Palmira, el compañero Juan Carlos Rodríguez, fue entrevistado por Noti5 de Telepacífico, canal regional que difundió la noticia.

La protesta contó con la simpatía de los viajeros, de los trabajadores directos de la Compañía y de los empleados que prestan sus servicios a otras aerolíneas, quienes a su paso les aplaudieron.

Las multas comenzaron a aplicarse en la base de Palmira la semana pasada cuando se sancionó a cinco trabajadores. De inmediato se produjo una reacción indignada, se sacó un comunicado de prensa, y esta semana se presentó una querella ante el Ministerio del Trabajo. En Bogotá estas sanciones se aplican ya hace un año, siendo el caso más aberrante el de Vladimir Quiroga, a quien antes de despedirlo le acumularon 65 días de multa porque se atrevió a poner una tutela y porque los jueces no consideraron suficientemente grave esta forma de esclavitud.

Lo que vienen haciendo los compañeros del Valle se convierte en un poderoso aliciente para vencer los temores que han impedido que en Bogotá se organicen fuertes acciones de protesta de los trabajadores, a pesar de que aquí los sancionados con multas ya se cuentan por cientos.

ANTSA llama la atención del país, porque si este nefasto precedente se permite en Colombia, se le estaría abriendo paso a la legalización del trabajo forzoso, proscrito en todo el mundo, por lo menos en la letra de la Ley.